Al igual que sucede con un coche, un electrodoméstico o el propio Internet, no es necesario saber cómo funciona la cadena de bloques para usarla. Sin embargo, puede resultar útil tener un conocimiento básico de esta nueva y revolucionaria tecnología.

En primer lugar, hay que prestar atención a dos conceptos fundamentales: el nodo, que es cada uno de los ordenadores en red que se ha descargado la blockchain en su memoria y que emplea un software para distribuir la información actualizada en tiempo real, y el minero, que son las máquinas que se encargan de controlar la transacción, gracias a ordenadores de gran potencia y mediante un protocolo de validación complejo.

Explicado de manera resumida, los integrantes del sistema son los encargados de generar las transacciones incluidas en los bloques, que serán registradas y transmitidas a todos los nodos de la red. Esto permite que cada nodo disponga siempre de la información actualizada (como cuando varias personas trabajan simultáneamente con un documento de Google Docs compartido, por ejemplo).

Las transacciones a través de la blockchain se llevan a cabo desde monederos electrónicos o wallets, que son archivos encriptados que funcionan de forma muy parecida a una cuenta bancaria. Estos monederos electrónicos disponen de una clave pública y otra privada. La primera es una cadena alfanumérica de entre 26 y 35 caracteres, equivalente a un número de cuenta. Por eso, el destinatario de la transacción deberá facilitar su clave pública al emisor. A su vez, la clave privada sirve para autorizar operaciones desde el wallet de cada usuario, lo que se conoce como criptografía asimétrica.

Continuamente se producen en la red todo tipo de transacciones procedentes de toda clase de wallets y aplicaciones afines. Al ser detectadas por los nodos, estas operaciones entran a formar parte de lo que se conoce como connection pool (o agrupamiento de conexiones) de transacciones pendientes de verificación. Cuando esto ocurre, los mineros elegirán estas operaciones sin confirmar, para crear con ellas un bloque de transacciones nuevo.

Un bloque son las partes de una cadena que agrupan conjuntos de transacciones confirmadas, y está formado por los siguientes elementos:

  • Un código alfanumérico que enlaza con el bloque anterior.
  • Un paquete de transacciones.
  • Un segundo código alfanumérico que enlazará con el bloque siguiente.

Cada bloque se agrega a la cadena a través de un hash o hash criptográfico, es decir, un fragmento de código generado a partir de diversas operaciones matemáticas, que actúa como huella digital en cualquier colección de datos. En el caso de Bitcoin, por ejemplo, se emplea la función conocida como Hash SHA256, que crea un número hexadecimal de 64 dígitos. No obstante, otro tipo de criptomonedas, como Ethereum o Litecoin, utilizan procedimientos diferentes.